miércoles, 6 de enero de 2010

Tengo sueño... Y la verdad es que me niego a dormir. No tengo miedo de soñar, no tengo miedo de nada de eso... los huecos en mi mente son profundos, pero siempre encuentro el camino para volver a mi.
Hay mil cosas en el mundo que no entiendo.
Como por ejemplo... Que se hagan promesas enormes con personas que su estancia a mi lado sea de lo más frágil. O el que un trauma olvidado (por más bien que pseudo me hizo) me ha vuelto a afectar por algo tan... estúpido. O el cómo trato de disfrazar mi malestar personal con una sarta de sandeces sin sentido a mil por hora, pretendiendo no llamar la atención y pasar por una cosa más dentro de toda esta normalidad. Ni tampoco entiendo el cómo se siente un niño de la calle sin celebrar esto a lo que llaman "Los santos reyes"... Y en ocaciones muy repetidas, yo misma no me entiendo...

Cuando mis pensamientos se vuelven una maraña, emancipo mis sentimientos... ¡Es tan dificil!... Pero a veces lo logro, y consigo un momento de paz, que aunque fugaz, me ayuda demasiado.

Quizá deba despedirme de todo por un rato. Quzá alguien esté moviendo las cartas equivocadas, y porqué no, quizá ese alguien soy yo...
Nunca me arrepentí de nada, ni lo haré... Porque sencillamente disfruto de todas y cada una de las sensaciones que transitan por mi piel, mi alma y mi cabeza. De tantos moretones, opino me dará gangrena, pero será una gangrena corrosiva y feliz... lenta y letal...

Duele crecer y tomar desiciones, duele pensar que alguien en quien confías puede hacerte daño, duele saber que le conoces tanto que le crees capaz de hacerlo, y duele tomar medidas y separar ambos mundos por pura protección.
Yo no quería ésto.

...

No hablaré mucho del tema, porque aunque me parezca dificil admitirlo, me lastima la idea. Pero la verdad es esta; de nuevo él ha desaparecido y sólo una voz me ha traido sus palabras, diciendo que algo pasa, problemas técnicos... y un "por eso no le marqué anoche, dile porfa"...

Siento feo, en verdad. No pensé en eternidad, pero al menos sé que esto no se trataba únicamente de llorar. Y de nuevo trato y me fuerzo a emancipar lo que siento de lo que pienso, y le doy por su lado y digo "es verdad, algo esta fallando... quizá mi celular".

Siguen cosas en mi mente sin entender. Nisiquiera sabía que a Toño le gustaba el mazapan (¡mazapan de la paz!), ni recordaba lo bien que se sentía abrazarlo y decirle "eres mi primo y te quiero". Tantas, demasiadas cosas han cambiado y pasado y no entiendo porqué no las logro asimilar...
Ni entiendo porqué hoy, en el IFE, antes de tramiatar mi credencial, me sentía tan nerviosa que poco me faltó para vomitar...

Sólo sé que esto es la vida real. Que no hay nadie más involucrado. Que los hechos son los que cuentan, no las palabras en ventanas de messenger. Y sé que las miradas son más importantes en estas situaciones...
¿Pero cuando son mis ojos los únicos que se ven en el reflejo del espejo... y no dejan de llover?
¿Entonces... qué?...

No hay comentarios: