domingo, 9 de enero de 2011

...

Escribirte fue como escribirle al viento.
Fue como tener la sensación de nadar, sin tener agua al rededor.
Como si fueras a un buffete caro, y comieras poco.


Escribirte fue...
Transparente.
Falso, ausente. 
Y mal remunerado.

miércoles, 5 de enero de 2011

Nadie entiende.
Por eso prefiero el silencio.
No espero molestar a nadie, ni pretendo volverme la víctima. No quiero que nadie me escuche, ni que me tome en serio. Al menos no aquellos que no pretenden correr el riesgo.
A veces uno se equivoca con los actos del pasado y del presente, ignorando su futuro...
A veces lo hace por sustentar sueños en éste.

Que quien soy yo?
Algo que seguramente y por tu salud mental, debas ignorar...
Algo que debiste haber hecho desde hace mucho tiempo.
Porque lamento decirlo:
No tengo remedio.

Y tu no querrás cargar con esto.
Todos lo sabemos.

lunes, 3 de enero de 2011

Lo más dificil de amar se presenta al momento de mirarte a ti mismo, y enterarte de que te amas.


No es complicado ser distinto.
Lo complicado es serlo, y asumirlo.
Defenderlo y vivirlo.


Aquél que es normal, no alcanza a entenderlo.
Aquél que se considera único, podriá morir por ello.

domingo, 2 de enero de 2011

...



Decías que es fácil.
Y solías empezar...



Y ahora no es fácil...
Tú solías empezar.

 



Por quien gritaba?
no sé..
Tu no preguntabas..
Tú nunca..
No.

To late...

Siempre odíe todo aquello que te hacía sentir mal.
Que te volvía inútil ante ti mismo. Que provocaba que me trataras mal, y tus sonrisas extraviadas fueran la causa de mis sonrisas ausentes.
Siempre maldije todos aquellos momentos en que no fuiste tu mismo. Me dolía pensar que existía algo lo suficientemente fuerte como para hacerte cambiar. Y era muy estúpido, porque me dolía estar con alguien que no eras tu.
Estar sin estar... contigo.


Y bien.
Quizá ahora sea yo quien necesite que odies a quien ahora soy.
Porque existió algo lo suficientemente fuerte como para transformarme ante ti, y veme ahora, soy diferente.
Ya no me importa lo que te pase, y no sé si escribo por rencor o por olvido. Sencillamente escribo, porque me duele no dolerme, ni dolerte, ni que ninguno de los dos lo notemos siquiera.

En qué momento aposté mi vida a favor de la guerra?
En qué momento permitimos que se undiera la paz que nos rodeaba, y comenzamos a jugar este juego autodestrictivo al que llamamos "soñar"?
Si tienes respuesta, hazmela llegar...
Procura que no sea demasiado tarde.
Procura que llegue ayer. Quizá algo se pueda arreglar.