lunes, 18 de abril de 2011

down the street...


 Sabes qué sería hermoso?
Encontrarte una tarde, cruzando mi calle, caminando hacia mi casa.
Toparte de frente y ves que te has sonrojado.
Descubrirte en ese plan de venir por mi, sin venir. En buscarme sin tener valor de encontrarme. 
Pillarte en uno de tus muchos intentos por ser valiente.
Y besarte sin temor a perderte.
Eso sería hermosísimo...

BsAs Arg, 15/03/87:

Amigo mío:
No sé cómo decirte esto, ni sé porqué no te lo dije antes, de frente...
Mañana a primera hora, parto a España.
No diré que no quiero ir, pues durante años me escuchaste decir que eso era lo único que pedía de la vida: conocer la tierra de mis padres, vagar por las calles llenas de magia y gente, ahí, en donde debió haber sido mi origen... ese, y no éste.
Tampoco diré que ansío ir... y sé que suena contradictorio.
Debes saber que me cuesta demasiado el abrirme tal cual siento y pienso. Se me dieron las palabras escritas en la infancia, pero de un tiempo acá prefiero sólo pensar y que nadie ni nada sepa de ello... Mas sin embargo, confío en tí, y es tiempo de que renazcan por ti mis viejos artes... No sé de qué manera podría yo remediar la falta que he cometido al no hablarte de frente.
Tengo miedo.
Mucho.
Y admitirlo también me cuesta trabajo.
Lucía dice que me lo pasaré de maravilla, que no tiene comparación con la Argentina. Que la ciudad de plata no tiene nada de lujo, y que nos iremos directo a donde nació la patria y el amor, que conoceré en esta semana París y Madrid y Toledo y Valladolid. No sé qué tiene que ver en esa lista París, pero suena... no tan mal.
Dice que está harta de Maradona, del peso, de la presidencia y de que la gente hable de manera extraña... Y que le harta que yo hable como ellos...
No puede culparme, quince de mis dieciocho años he vivido aquí, y no lo pedí yo así... pero no creas que me arrepiento, no. Las cosas son bellas y yo he crecido feliz.
Mas que nadie, tú sabes eso...
Cuando mi abuela me dijo que nos iríamos, debíste ver, me solté a llorar por tres días. Fue en ese tiempo en que las clases acababan y pensabas que era porque tenía demasiados exámenes... y yo no hice nada para quitarte la idea. No quería que sufrieras como yo.. y mira ahora, quité el derecho de ambos a disfrutar nuestros últimos días juntos. Pero no ha sido malo, hemos tenido memorias inolvidables tan sólo durante el último mes, no es así?...
(sí.. lo sabía desde hace un mes, exactamente...)
No olvidaré las tardes de lluvia ni los helados de menta, ni tu risa cuando me enojaba porque Mariela daba mejores marometas que yo, ni cómo me abrazaste cuando murió mi gato... Todo mundo lo minorizaba, menos tú... Y cada aniversario le traías flores al jardín, a veces sin que yo estuviera en casa...
Ah, cómo olvidar tus ojos en la oscuridad... Y el olor al perfume de tu papá en la graduación de tu hermano...

...

No quiero seguir escribiendo ya. Me duelen los ojos porque he vuelto a llorar, y Lucía dice que debo dormir un poco para que cuando tomemos el avión no me pierda la vista del océano...
Yo sólo quería decirte...
Que no quiero irme sin tí. Que no concebía la vida sin ti y que aún no puedo hacerlo, pero estoy obligada a intentarlo por lo menos. Que mis días contigo, y mis años y mis hora a tu lado han sido maravillosas. Que te quiero mucho y que siempre estaré contigo en tu recuerdo.
Las cartas a lo mejor tardan en llegar, pero creeme que te escribiré todos los días.
...
No me quiero ir sin verte antes.
Lloraré más, y entonces entenderás por qué.
Lucía dice que apague la luz... así que me voy.
Eres grande, fuerte y muy guapo. La vida te sonreirá con el tiempo. Espero puedas perdonarme, y espero también que mi nombre jamás se borre de tus labios, ni mi rostro de tu cara... Tu jamás te desvanecerás en mi.
Te adoro, amigo mío.
Te quiero Juan Carlos.
Un beso... [como aquél que nos dimos "sin querer" bajo el puente, a media noche].
Ciao.

domingo, 17 de abril de 2011

blahblahblahblah

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 so
SHUT UP
and
KISS ME

Flores son olor.,

Nada que signifique algo más allá de lo esperado. Nada que alumbre más allá de lo que toca el sol.
Siempre así... así eres tú.
Imprudente y previsible.
Capaz de deshacer mis esperanzas recién nacidas y reconvertirlas en cenizas.

A veces la luna se pregunta si debe seguir rodeando la tierra con el afán de alcanzar a su amado sol, aquél que sin saberlo la ilumina..
O debe quedarse con el mar, ese que se alborota con su sola presencia.

Quisiera saber si las flores saben que tienen olor...
Si se enterasen de que nadie está ahí para olerlas... dejarían de hacerlo? Como el árbol que no hace ruido al caer porque nadie está para escucharlo. Quizá sea cierto...
Quizá sea más que una metáfora... Quizá sea una realidad de cientos de miles de millones de personas en el mundo...
qué número tendremos nosotros?
Yo por ti, y tu por ella.. y ella, por otro alguien...
Interesante.

Quizá sea bueno ver qué ofrece el mar en sus adentros.

jueves, 14 de abril de 2011

El ruiseñor y la araña

Es tarde, ¿estás dormida?

No.

¿Por qué?

Porque te quiero.

Es curioso cómo la mayor parte del tiempo la mayoría de la gente duce las cosas justo cuando nadie puede creerlas. Es como un escudo. Así nadie podrá decir que uno miente, pero la verdad ha nacido muerta.

Piensa lo que quieras. Hace tiempo que me tiene sin cuidado.

¿Recuerdas cuando, hace mucho tiempo, antes de que los aciones surcaran los cielos y el primer hogar fuera construido, nos conocimos y me dijiste que tú también habías nacido de un huevo?

Si.

En ese momento pensé que nos parecíamos tanto... Pensé que la totalidad del Universo había sido creada por el buen Dios únicamente con la finalidad de que tú y yo habitáramos en él; pensé que todo era un escenario madurándose para recibirnos, y que simplemente entraría en desuso cuando nosotros nos marcháramos, de l mano, hacia el lugar del que provenimos: en donde somos uno.

Yo supe desde un principio que éramos distintos; yo nací de un huevo de insecto. Tú, de uno de ave. Pero siempre pensé que eso no importaba, porque te quería.

¿Porqué tus ojos se barnizan con miel cuando hablas del pasado y se afilan cuando ven lo que tienen enfrente? Cuando me ves a mi... ¿no te das cuenta de que soy el mismo?

Por supuesto que si, y eso es lo que más me duele.

Soy el mismo que te arrulló en sus brazos, el que te hizo sonreir durante un millón de noches antes de dormirte... eres tú la que sollozaba dentro de mis pulmones y nosotros los que nadábamos en gotas de rocío cuando el sol era tan crudo que las había evaporado todas.

Eres tú.

¿No respondes nada más? Qué fácil es quedarse callado cuando uno ya no tiene alma...

No era eso lo que pensaste cuando me conociste. Me dijiste que no pudisme menos que acercarte a mi porque te habías ahogado en mi alma.

Nunca pensé que algo tan grande pudiera secarse.

Yo tampoco... y, sin embargo, ¿recuerdas qué hermozo fue? Paseamos primero por las cuevas, y la humedad de las rocas era la de nuestro cuerpo; después, cuando las plantas y los árboles nacieron, caminamos por encima de las hojas y tu acariciabas mi espalda con tu brazo, y me llamabas tu pequeña y acariciabas mi cabello. Cuando empezaron a existir las ciudades, y el aire comenzó a enrarecerse, nada fue menos hermozo, y en vez de caminar volábamos... incluso pordía decirse que viajaba sobre tus costados y el mundo brillaba siempre, como si estuviera hecho de oro y espejos... y tus palabras eran una descarga de magia que me dejaba exhausta.

Sí, fue muy hermoso.

Tanto que, aunque haya sucedido hace tanto tiempo, su presencia aún hace sangrar la tierra.

Recuerdo la primera vez que conocí tu cocina.

Y la casa de tus padres.

Todo estaba tan limpio... Todo era tan limpio en mi vida. Mientras estuve allí no pude dejar de cantar a pesar de estar incómodo... y es que me sentía tan feliz.

Tú sabes que yo lo era aún más.

Si. ¿Podrías aflojar las ataduras en mis patitas? Me duelen hasta los huesos.

¿Te duelen los amarres?

Si.

¿Y tienes idea de cómo me siento yo?

Ahora me doy cuenta de que nunca la he tenido. Cuando estabamos juntos y todo era hermoso, nunca llegué a imaginar que me quisieras tanto. Pensé que lo que veía en tu rostro era tristeza.. nunca pensé que la tristeza y el amor se parecieran tanto.

Y yo pensé que el amor era eterno y que la tristeza no existía... es demasiado horrible que existan en un mismo mundo.

Siempre te he admirado.. son tan hermosas tus telas.

Hubo una época en la que hubiera matado por un cumplido como ese de tu parte.

¿Por qué siempre me respondes de esa forma, arañita? ¿Es que tú nunca me has admirado?

Llegué a admirarte tanto que dejé de existir. Por las mañanas despertaba y la maravilla de dejar el sueño sabiendo que te amaba era absorbida por la maravilla de tu canto... podía estar viéndote volar durante horas... y muchas veces llegué a desear que la vida de las arañas no fuera tan corta, para poder estar más tiempo comparando mi andar entre las ramas y rincones con la forma en que enhebrabas las nubes.

Yo siempre pensé que era mejor la forma en que tú andabas, arañita de mi vida.. tus hilos son algo hermoso y un prodigio lo que tú logras al cruzarlos... es como si la belleza te anunciara, como si existieras a través de ella.

Ahoa sé que nunca seré hermosa ante tus ojos, y que tú nunca volverás a serlo ante los míos, porque simplemente somos diferentes.

Me haces llorar, arañita.

Tú mismo te haces llorar, por saber que lo tuviste todo y lo consideraste poca cosa, porque el mundo entero se escurrió entre tus dedos. Yo hubiera hecho cualquier cosa por ti, ruiseñor, y no pareces arte cuenta de eso. Dices que no te quiero, mas sabes bien que si te duele tando ahora es porque llegué a quererte mucho más de lo que jamás podrás hacerlo.

Arañita, arañita, extraño tus besos.

Nunca te ha importado cómo me siento.

¿Cómo te sientes, cómo te sientes ahora?

Bien, aunque un poco destrozada todavía. Pero eso es sólo una ilusión causada por la falta de proteinas, cuando restituya a mi cuerpo lo que es suyo, naceré de nuevo.

Arañita, más que la forma en que te alinetas de mi cuerpo y la forma en que mis tripas se deslizan hacia el mundo que una vez nos acogió, me duele no poder volver a dormir a tu lado si no es muerto, no poder volver a acostarme contigo si no es envuelto en tu telaraña.

Tú elegiste el camino, ruiseñor, yo te esperé suficiente tiempo. Primero esperé a que te percataras de cuanto te amaba, después esperé a que te fueras mientras te di la oportunidad. Ahora no puedo hacer otra cosa. Por esperarte no he vivido y ahora tengo hambre.

Come de mi, arañita, pues te amo.

Nunca pensé que mi tearaña fuera tan fuerte como para resistir tu peso. Es extraño, pues si te revolcaras de dolor la telaraña se rompería. Pero estas quietecito, como una sombra, y tu sangre sabe bien, pero no la siento contra mi piel, y tu carne tiene una textura deliciosa, mas he dejado de amarla, y tu rostro pierde poco a poco la expresión, pero no importa porque sé que no lo extrañaré, y tus ojos se cierran... está bien, pues ya no necesito que me miren. Y mienras me voy sintiendo más fuerte la vida se escapa de tu cuerpo.

[Daniel M.]

viernes, 8 de abril de 2011

prisionero.

No podría, no.
El miedo termina de roer mis huesos y sé que jamás me levantaré de aquí. Tengo que conformarme a mirarte desde lejos.
Las lámparas se han caido, y las paredes también, a mis espaldas.
Sólo mantengo las cadenas que atan mis pies al suelo y mis ropas sucias.
Todo es oscuridad... oscuridad maloliente.

Y no importa ya.
Nada de esto importa ya. Desde que cumplo esta condena de la cual sé que jamás seré libre,. deslizo mis esperanzas sobre la idea de volverte a ver, y verte feliz.
Feliz como te ves desde aquí. Feliz por fuera de esta jaula,. feliz por dentro de ti.