sábado, 20 de agosto de 2011

Ni tu...

Ni tú, mi bien, ni nadie
sabe cómo yo le pienso.
En mis tardes claras de sándalo incienso
imagino entonces que a su lado vuelvo.

Ni tú, mi bien, ni nadie
sabe cómo yo le espero.
Alucinando entre cuatro paredes, cocina
Cebolla y laurel, bella rutina
para él, mi bien, para él, mi medicina.

Ni tú, mi bien, ni nadie
entiende cómo yo me siento.
Absorta entre cantos de gaviota
Camino trigo, respiro notas
de un leve suspiro que a su paso arroja
el triste viento que a mi pelo roza.

Ni tú, mi bien, ni nadie
sabrá nunca lo que está pasando.
Mis letras no fueron leídas,
Mis pasos no son acechados,
y mis cantos a la luna jamás serán escuchados.

Ni tú, mi bien, ni nadie...
sabrá nunca a quien estoy amando.