jueves, 14 de abril de 2011

El ruiseñor y la araña

Es tarde, ¿estás dormida?

No.

¿Por qué?

Porque te quiero.

Es curioso cómo la mayor parte del tiempo la mayoría de la gente duce las cosas justo cuando nadie puede creerlas. Es como un escudo. Así nadie podrá decir que uno miente, pero la verdad ha nacido muerta.

Piensa lo que quieras. Hace tiempo que me tiene sin cuidado.

¿Recuerdas cuando, hace mucho tiempo, antes de que los aciones surcaran los cielos y el primer hogar fuera construido, nos conocimos y me dijiste que tú también habías nacido de un huevo?

Si.

En ese momento pensé que nos parecíamos tanto... Pensé que la totalidad del Universo había sido creada por el buen Dios únicamente con la finalidad de que tú y yo habitáramos en él; pensé que todo era un escenario madurándose para recibirnos, y que simplemente entraría en desuso cuando nosotros nos marcháramos, de l mano, hacia el lugar del que provenimos: en donde somos uno.

Yo supe desde un principio que éramos distintos; yo nací de un huevo de insecto. Tú, de uno de ave. Pero siempre pensé que eso no importaba, porque te quería.

¿Porqué tus ojos se barnizan con miel cuando hablas del pasado y se afilan cuando ven lo que tienen enfrente? Cuando me ves a mi... ¿no te das cuenta de que soy el mismo?

Por supuesto que si, y eso es lo que más me duele.

Soy el mismo que te arrulló en sus brazos, el que te hizo sonreir durante un millón de noches antes de dormirte... eres tú la que sollozaba dentro de mis pulmones y nosotros los que nadábamos en gotas de rocío cuando el sol era tan crudo que las había evaporado todas.

Eres tú.

¿No respondes nada más? Qué fácil es quedarse callado cuando uno ya no tiene alma...

No era eso lo que pensaste cuando me conociste. Me dijiste que no pudisme menos que acercarte a mi porque te habías ahogado en mi alma.

Nunca pensé que algo tan grande pudiera secarse.

Yo tampoco... y, sin embargo, ¿recuerdas qué hermozo fue? Paseamos primero por las cuevas, y la humedad de las rocas era la de nuestro cuerpo; después, cuando las plantas y los árboles nacieron, caminamos por encima de las hojas y tu acariciabas mi espalda con tu brazo, y me llamabas tu pequeña y acariciabas mi cabello. Cuando empezaron a existir las ciudades, y el aire comenzó a enrarecerse, nada fue menos hermozo, y en vez de caminar volábamos... incluso pordía decirse que viajaba sobre tus costados y el mundo brillaba siempre, como si estuviera hecho de oro y espejos... y tus palabras eran una descarga de magia que me dejaba exhausta.

Sí, fue muy hermoso.

Tanto que, aunque haya sucedido hace tanto tiempo, su presencia aún hace sangrar la tierra.

Recuerdo la primera vez que conocí tu cocina.

Y la casa de tus padres.

Todo estaba tan limpio... Todo era tan limpio en mi vida. Mientras estuve allí no pude dejar de cantar a pesar de estar incómodo... y es que me sentía tan feliz.

Tú sabes que yo lo era aún más.

Si. ¿Podrías aflojar las ataduras en mis patitas? Me duelen hasta los huesos.

¿Te duelen los amarres?

Si.

¿Y tienes idea de cómo me siento yo?

Ahora me doy cuenta de que nunca la he tenido. Cuando estabamos juntos y todo era hermoso, nunca llegué a imaginar que me quisieras tanto. Pensé que lo que veía en tu rostro era tristeza.. nunca pensé que la tristeza y el amor se parecieran tanto.

Y yo pensé que el amor era eterno y que la tristeza no existía... es demasiado horrible que existan en un mismo mundo.

Siempre te he admirado.. son tan hermosas tus telas.

Hubo una época en la que hubiera matado por un cumplido como ese de tu parte.

¿Por qué siempre me respondes de esa forma, arañita? ¿Es que tú nunca me has admirado?

Llegué a admirarte tanto que dejé de existir. Por las mañanas despertaba y la maravilla de dejar el sueño sabiendo que te amaba era absorbida por la maravilla de tu canto... podía estar viéndote volar durante horas... y muchas veces llegué a desear que la vida de las arañas no fuera tan corta, para poder estar más tiempo comparando mi andar entre las ramas y rincones con la forma en que enhebrabas las nubes.

Yo siempre pensé que era mejor la forma en que tú andabas, arañita de mi vida.. tus hilos son algo hermoso y un prodigio lo que tú logras al cruzarlos... es como si la belleza te anunciara, como si existieras a través de ella.

Ahoa sé que nunca seré hermosa ante tus ojos, y que tú nunca volverás a serlo ante los míos, porque simplemente somos diferentes.

Me haces llorar, arañita.

Tú mismo te haces llorar, por saber que lo tuviste todo y lo consideraste poca cosa, porque el mundo entero se escurrió entre tus dedos. Yo hubiera hecho cualquier cosa por ti, ruiseñor, y no pareces arte cuenta de eso. Dices que no te quiero, mas sabes bien que si te duele tando ahora es porque llegué a quererte mucho más de lo que jamás podrás hacerlo.

Arañita, arañita, extraño tus besos.

Nunca te ha importado cómo me siento.

¿Cómo te sientes, cómo te sientes ahora?

Bien, aunque un poco destrozada todavía. Pero eso es sólo una ilusión causada por la falta de proteinas, cuando restituya a mi cuerpo lo que es suyo, naceré de nuevo.

Arañita, más que la forma en que te alinetas de mi cuerpo y la forma en que mis tripas se deslizan hacia el mundo que una vez nos acogió, me duele no poder volver a dormir a tu lado si no es muerto, no poder volver a acostarme contigo si no es envuelto en tu telaraña.

Tú elegiste el camino, ruiseñor, yo te esperé suficiente tiempo. Primero esperé a que te percataras de cuanto te amaba, después esperé a que te fueras mientras te di la oportunidad. Ahora no puedo hacer otra cosa. Por esperarte no he vivido y ahora tengo hambre.

Come de mi, arañita, pues te amo.

Nunca pensé que mi tearaña fuera tan fuerte como para resistir tu peso. Es extraño, pues si te revolcaras de dolor la telaraña se rompería. Pero estas quietecito, como una sombra, y tu sangre sabe bien, pero no la siento contra mi piel, y tu carne tiene una textura deliciosa, mas he dejado de amarla, y tu rostro pierde poco a poco la expresión, pero no importa porque sé que no lo extrañaré, y tus ojos se cierran... está bien, pues ya no necesito que me miren. Y mienras me voy sintiendo más fuerte la vida se escapa de tu cuerpo.

[Daniel M.]

No hay comentarios: